Dynatech-elevation

Blog empresa Dynatech

Archivos de la categoría: 'ZONA Expediciones Dynatech'

22 octubre, 2014

El pasado 19 de Octubre, se celebró la entrega definitiva de nuestra bandera por parte del grupo de expedicionarios de Dynatech. Con este acto, Dynatech dio por concluido un proceso de esponsorización, iniciado en el año 2009 y que le ha llevado a poner su nombre en las cimas más relevantes del planeta, Everest incluido.

La celebración, del todo informal, comenzó con un cóctel de bienvenida para seguir con una cena entretenida por algunos falsos camareros que no pararon de hacer bromas a los comensales para su diversión. A los postres se realizó la entrega de la bandera por parte de nuestros montañeros y Dynatech, a su vez, les correspondió con unos obsequios a modo de agradecimiento por su esfuerzo y éxito conseguido en las actividades realizadas para Dynatech durante todos estos años. Finalizado este acto, todos los asistentes disfrutaron de un baile con orquesta que duró hasta altas horas de la madrugada.

A partir de ahora, esta bandera estará presidiendo nuestra sala principal de reuniones, situada en el último piso de la torre más alta y que, curiosamente, la llamamos Sala Everest.

La foto

Author: Dynatech
17 julio, 2013

 “¡Ya tenemos la foto!.  Se ha hecho de rogar debido a la falta de tiempo por la cantidad de compromisos públicos y privados que han tenido que atender, tanto Carlos como Raúl, así como por la necesidad de tratar dicha foto para poder verla en condiciones (se realizó al amanecer y con el sol por detrás de Carlos), pero, por fin, la podemos mostrar.

Sinceramente, no sabríamos como calificar el aspecto de la cima del Everest tras el monumental “collage” originado en su superficie por los elementos que han ido depositando sus visitantes, bien sea como recuerdo, ofrenda o por cualquier otra razón; lo dejaremos simplemente en…… “colorido”.

En un amanecer de 35 grados bajo cero, tras un gran esfuerzo de ascensión durante toda la noche, podemos ver como Carlos, con un rictus más que una sonrisa, coloca el nombre de nuestra empresa en la cima del mundo. ¡Objetivo cumplido!

Nuestra más sincera felicitación y agradecimiento a todos los miembros de nuestro equipo de montaña por haber puesto tan brillante colofón a una larga y meritoria trayectoria deportiva que ha permitido ondear el nombre de Dynatech en las alturas más sobresalientes del planeta.

29 mayo, 2013

Nuestros montañeros acaban de regresar del Himalaya y mientras estamos a la espera de recuperar toda la información sobre su hazaña para podérsela ofrecer con todos sus detalles y fotos, acabamos de conocer una triste noticia: El montañero español Juanjo Garra ha fallecido en la falda del Dhaulagiri (8.167m), después de haber coronado la cumbre. Un día después de que Carlos consiguiera hollar la cima del Everest, Juanjo descendía el Dhaulagiri cuando, estando todavía dentro de la llamada “zona de la muerte”, el resbalón de un Sherpa sobre una placa de hielo le arrastró, provocándole una rotura en un tobillo e imposibilitándole su descenso. De inmediato, se organizó una expedición de rescate cuyo resultado fue desgraciadamente infructuoso ya que Juanjo, después de haber permanecido 4 días en dicha zona, ya había muerto. El Sherpa Kheshap, que se quedó a su lado a la espera del rescate, se encuentra también en muy mal estado dada la cantidad de tiempo que pasó en esa altitud incompatible con la vida. Dado el riesgo que supone, para cualquier equipo, el intentar rescatar el cadáver del montañero, sus familiares han decidido dejarlo en ese mismo lugar.

Todos los integrantes de esta empresa y su equipo de montañeros deseamos transmitir a la familia y amigos de Juanjo Garra nuestro más sincero pésame.

El pasado martes día 22 de Mayo a las 5:00 h hora española, Carlos Pauner logró hollar la cima del Everest (8.848 m) en una expedición en la que colabora nuestra empresa, como es sabido. Carlos ha entrando así en el selecto grupo de 32 alpinistas que han logrado ascender los 14 ochomiles del planeta.  A las 8:00 h había descendido hasta el Campo 4 y continuaba su descenso. Debido a la complejidad de las comunicaciones a tan elevada altitud, no podemos ofrecer más detalles por el momento. Estamos a la espera de recibir información más completa desde el Everest, para poder comunicársela.

El tiempo ha pasado y todo está llegando a su fin. Hemos hecho nuestro trabajo, con algún contratiempo que otro, pero la suerte ya está echada. Hemos estudiado los partes meteorológicos con atención y hemos decidido la fecha de la batalla final. El día 22 de mayo. Con suerte, ese día de madrugada encararemos las pendientes de la pirámide final del Everest, del techo del mundo. Nuestra respiración será agónica, el paso lento y el frío intenso. El objetivo parecerá inalcanzable, aunque no cejaremos en nuestra determinación de llegar a lo más alto. Paso a paso lucharemos por ganar está singular batalla y si todo va bien y nuestros organismos aguantan, alcanzaremos la cima del mundo.

Nuestro trabajo comenzará mucho antes. El día 19 saldremos de madrugada hacia el Campo 2. De nuevo las grietas y las escaleras nos esperarán con sus trampas ocultas. El día 20 escalaremos ese muro helado del Lhotse para llegar a nuestro emplazamiento en el Campo 3. A partir de ahí, al día siguiente, el 21, ya entraremos en la llamada ‘zona de la muerte’. Ahí nos esperan las franjas amarillas, muro rocoso de bastante inclinación y el largo camino hasta el collado sur a 8.000 m de altura donde estableceremos nuestro último campo, el Campo 4. Ahí, donde la vida se escapa a bocanadas, pasaremos la noche y el día 22 hacia las 2 de la mañana, comenzaremos nuestro ascenso hacia el cielo, el techo del mundo.

Dentro de unos días todo habrá acabado y sólo espero que todos estemos aquí abajo con salud, que los daños sean de poca importancia y que, por último, nuestros sueños se hayan cumplido y podamos compartirlos con todos vosotros a la vuelta.

Carlos Pauner

Nuestros planes definitivos ya han tomado forma. Necesitamos dar el último y gran paso en nuestra aclimatación y ya tenemos fecha. El próximo día 12, de madrugada, pondremos rumbo de nuevo a ese peligroso caos de bloques de hielo de la cascada, con intención de superarla y llegar al campo 2 a 6.400 m de altura. Al día siguiente, en plena noche echaremos el resto para intentar llegar de tirón al collado sur, a 8.000 m de altura, instalar nuestro campo 4 ahí y descender de nuevo al campo 2. Al día siguiente, el 14, bajaremos al campo base ya con la intención de recuperarnos de este titánico esfuerzo y estar listos para la batalla definitiva, para el ataque a cima que tendrá que producirse en torno al 22-25 de mayo.

Va a ser un desgaste descomunal, pero estoy convencido que es la única forma de conseguir la aclimatación a la altura necesaria para acometer una ascensión sin oxígeno a este coloso de la Tierra. Va a ser como escalar un ochomil antes de enfrentarnos a nuestro objetivo y por tanto el desgaste orgánico y mental que vamos a sufrir va a ser muy considerable. No obstante, en los días de descanso espero que tendremos la capacidad de recomponernos y estar listos para ese último y definitivo esfuerzo.

Ahora son días de calma, de hacer planes y a partir de ahora todo se precipitará sin remedio, con velocidad de vértigo. Sin casi darnos cuenta estaremos en esa noche definitiva del ataque a cima, donde todo se juega a una carta, donde el desenlace será incierto y todo estará por hacer.

Ahora más que nunca hemos de fortalecer nuestra mente, vencer a nuestros demonios, engañar a nuestro cuerpo que no desea enfrentarse al hielo, al frío y a la altura extrema. Hemos de dejar todo eso atrás y convertirnos en guerreros de altura, que luchan libres por sus sueños y nada les detiene. Nuestro mundo está allá arriba. Nuestra redención está allá arriba. No habrá nada que nos detenga y este penúltimo escalón por superar va a ser una buena prueba de nuestra determinación y capacidad.

Miro a mis compañeros, más taciturnos que de costumbre. Es normal. Debemos despojarnos de todo lo que nos hace débiles y eso cuesta. Rememoro recuerdos de otras muchas expediciones en situaciones similares. Me acuerdo de muchos compañeros que ya no están aquí, aunque los llevo dentro. Parte de su fuerza está conmigo. Me ayudarán en las decisiones difíciles y yo me siento feliz de tener todo ese bagaje de años y años junto a ellos en mi interior. Tengo ganas de veros titanes, pero aún no.

Trato de dejar todas las dudas atrás y me regocijo en lo bien que ha salido todo hasta la fecha. Todo según lo previsto y eso nos ha colocado aquí, en puertas de lo importante. Todo está hecho y queda todo por hacer. Todo depende de nosotros y de nuestra montaña. Fácil y complejo a la vez.

En unas horas acariciaremos una vez más la cota de los ocho mil metros. Ahí sabremos si somos dignos de estar en la cima de la madre Tierra o no. La miraré con respeto y sabré su respuesta.

Espero estar a la altura.

Carlos Pauner

Ayer a última hora de la mañana llegábamos al campo base del Everest tras nuestra particular singladura por las cotas altas de esta montaña. Exhaustos tras el esfuerzo de los dos días anteriores, la llegada a nuestro hogar al pie de la montaña supuso un momento mágico de confort y descanso.

El día anterior habíamos madrugado bastante para enfrentarnos a ese enemigo silencioso y peligroso que es la cascada de hielo. Es el primer obstáculo de la ruta, pero no está exento de importancia. Una enorme sucesión de bloques gigantes de hielo que se apilan desde el campo base hasta la planicie del campo 1 que se sitúa a 6.050 m de altura. Para progresar por este caos de hielo se utilizan escaleras de aluminio para atravesar los abismos más importantes y el recorrido es sinuoso, buscando inteligentemente las debilidades de este compacto muro de hielo. El peligro no es evidente, puesto que la perspectiva dentro de este laberinto desaparece, pero cientos de bloques inestables se aferran a un inestable equilibrio sobre nuestras cabezas, a pesar de que nosotros no seamos totalmente conscientes de ello. Este recorrido complejo y laborioso nos tomó cerca de 5 horas, habida cuenta del retraso significativo que se produce en los pasos más expuestos debido al gran número de personas que suben a la vez.

De cualquier manera, al llegar al campo 1, el sol hizo acto de presencia y el frío del amanecer de forma súbita se transformó en calor sofocante. Un largo camino, ya más plano y seguro, nos llevo hasta la morrena lateral donde se sitúa el campo 2, a 6.400 m de altura. Allí pasamos la noche, ocupados en fundir nieve para beber e ingerir una pequeña cantidad de alimento difícil de asimilar a esta cota y descansar lo suficiente como para emprender al día siguiente el camino de regreso al campo base. Ha sido una salida corta pero efectiva, en donde hemos dicho a nuestros organismos que se preparen para más altura, que esto no ha hecho ni empezar y que la siguiente salida será a más altura. Ahora, disfrutando de una buena comida y descanso, daremos paso a esos cambios en nuestro organismo que nos han de permitir vivir y ser eficaces a más altura cada vez. El proceso de aclimatación propiamente dicho ya ha comenzado.

Carlos Pauner

Ya hemos llegado hasta los pies del Everest y del Lhotse. Tras casi una semana de peregrinaje por el valle del Khumbu, hemos alcanzado este insólito lugar, el campo base del Everest a 5.350 m de altura. Cada etapa para llegar aquí se ha ido endureciendo paulatinamente. La pérdida progresiva de oxígeno ha hecho que cada etapa fuera un poco más dura que la anterior, hasta que al final y en medio de un día algo inestable hemos puesto nuestros pies en este lugar del glaciar del Everest. Para los trekkers que nos acompañan la aventura acaba aquí. Están felices. Han conseguido su reto y han disfrutado de unas magníficas panorámicas, incluida la del techo del mundo, que sus cámaras se han encargado de inmortalizar. Para nosotros dos, Raúl y yo, comienza una nueva etapa.

Por el momento dedicaremos unos cuantos días a preparar el campo base, a organizar las cargas, aunque algunas aún faltan por llegar, a instalar todas las tiendas, en definitiva a definir lo que va a ser nuestro hogar para los siguientes 45 días. Afortunadamente yo ya me encuentro mejor de una dolencia estomacal que me ha sobrevenido durante el trekking y estos días de descanso harán que recupere las fuerzas para el trabajo duro que tiene que comenzar en breve. Ya estamos al pie de nuestro objetivo, el Everest.

Carlos Pauner

Últimamente hemos editado bastantes noticias sobre nuevos productos en nuestra web y, muy a nuestro pesar, nos ha sido imposible informar sobre la situación de nuestra expedición al mismo tiempo. Nuestros expedicionarios ya están en Nepal así como los participantes del trekking. Han llegado bien y continúan con el programa establecido sin ningún contratiempo. Seguidamente les adjuntamos las dos crónicas que nos han enviado Carlos y Raúl hasta la fecha:

07/04/13
LLEGADA A KATHMANDÚ DE LA EXPEDICIÓN AL EVEREST

Ya estamos de nuevo en esta fascinante ciudad. Llegamos hace dos días provenientes de Madrid, vía Doha. La capital de Nepal nos recibe con su clásico bullicio y ajetreo. Dos días por delante para realizar un sinfín de gestiones casi a contrarreloj. Reunirnos con Miss. Hawlley, o mejor dicho con su asistente Billy Birling, preparar los logotipos, organizar las cargas para el trekking, ultimar los permisos administrativos, etc. Mucha faena y poca eficacia debido a la enorme lentitud con la que todos los acontecimientos se desarrollan en esta ciudad.

No obstante, todo ha salido a pedir de boca. Hemos conseguido ultimar todos los detalles y ya estamos listos para partir hacia el valle del Khumbu. Allá nos esperan unas hermosas jornadas de senderismo en uno de los lugares más impresionantes del mundo. Los trekkers que vienen con nosotros han disfrutado estos días de las obligadas visitas a los lugares de interés turístico de Kathmandú. Pasupatinath, Budanath, Swayunbunath, etc han sido objetivo de sus cámaras y de su disfrute. Ellos ya están también con la vista puesta en los días de monte que nos esperan.

En unas horas volaremos a Lukla, tomando ese vuelo tan espectacular y peligroso hasta el corazón del valle del Everest. Allá comenzara nuestra aventura conjunta, atravesando parajes extraordinarios, llenos de belleza y singularidad. Todos estamos ansiosos por partir ya. Ellos, por comenzar su gran aventura y nosotros por iniciar nuestro particular periplo hacia el techo del mundo.

Carlos Pauner

11/04/13
LLEGADA A LA CAPITAL DEL VALLE DEL EVEREST

Tras realizar todas las necesarias gestiones en Kathmandú, salimos en avión con dirección a Lukla, puerta de entrada del valle del Khumbu. El vuelo a este peligroso aeropuerto colgado en la ladera de una montaña fue, como siempre, emocionante. Una vez en Lukla comenzó nuestro peregrinar por el camino hacia la parte superior del valle. Primero llegamos a Pakding, a unos 2.600 m de altura y al día siguiente proseguimos hasta la localidad de Namche Bazar, situada a 3.400 m de altura. Esta pequeña villa Sherpa es la capital del valle y se encuentra plagada de facilidades para el viajero, como son buenos lodges con agua caliente, pastelerías y hasta internet. El camino hasta aquí es muy hermoso. Se atraviesan pequeñas aldeas muy pintorescas, puentes colgantes, laderas arboladas, si bien la presencia de muchos visitantes afea un tanto esta bella escena de los valles de Nepal.

De cualquier modo, estamos ya en camino, disfrutando de todo y especialmente lo hacen los amigos que se han venido de trekking con nosotros hasta el campo base. Para ellos todo es nuevo y apasionante y me complace comprobar que no les está defraudando este extraordinario viaje al corazón del mundo Sherpa.

En breve continuaremos camino hacia más arriba, acercándonos poco a poco a nuestro objetivo, el campo base del Everest.

Carlos Pauner

Raul Martínez

El lunes, 1 de Abril de 2013, se ha celebrado una rueda de prensa para presentar la expedición al Everest de manera oficial ante los medios de comunicación. El acto se celebró en una de las salas del edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón y al cual acudieron numerosos medios tanto de prensa escrita como de televisión. Tan solo quedan tres días para que Raúl y Carlos partan para el Himalaya y éste era el último acto protocolario que les quedaba por realizar.

Carlos Pauner y Raul Martínez